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Los gatos y el autismo

diciembre 1, 2020
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El autismo es un trastorno neurológico que se diagnostica en 1 de cada 68 niños y se caracteriza por un grave déficit en el desarrollo que afecta a la socialización, comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional. Sin embargo, los que lo sufren son capaces de desarrollar grandes habilidades dentro de sí mismos, como es el caso de Iris Grace, una niña autista de 5 años que expresa sus sentimientos a través de la pintura, acompañada siempre de la agradable presencia de Thula, una preciosa Maine Coon que le está ayudando a sobrellevar mucho mejor su enfermedad. Y es que según un estudio realizado por la Universidad de Queensland, los niños autistas que tienen un gato como mascota son más propensos a hablar, mirar a la cara y sonreír. La naturaleza apacible y reservada del gato es perfecta para niños autistas y así lo corrobora la estrecha relación entre Iris y Thula.

Los despertares de Iris son más alegres desde que Thula está con ella. Tal y como afirma la madre de la niña, Arabella Carter-Johnson, “Thula, ha hecho que Iris baje su nivel de ansiedad, manteniéndola más calmada y más segura de si misma. Tiene un efecto terapéutico para ella increíble, incluso la ha ayudado a ser más social. A veces se acerca a Thula diciendo pequeñas frases como “Siéntate gato”. Algo que en muchas ocasiones es difícil de ver por su autismo”.

Anteriormente ya habían probado otras terapias para mejorar el desarrollo social de la pequeña e incluso habían intentado que Iris compartiera sus momentos con un perro. Pero el carácter activo y la energía que desprendía eran demasiado para ella y no acababa de sentirse cómoda a su lado. Cuando su mamá casi se daba por vencida en la búsqueda de un compañero animal terapéutico, la casualidad lo cambió todo: “Un día de Navidad llegó la novia de mi hermano, diciéndome que iba a hacer un viaje al extranjero y que si podría cuidar de su gata. Yo respondí que sí. Cuando Thula e Iris se conocieron, pensé que habían conectado. Y no me equivoqué.”

Thula comparte con ella sus ratos de sueño y siempre está a su lado cuando Iris pinta sus cuadros, gracias a los cuales se ha convertido en una de las referentes del arte y el autismo vendiendo sus obras por diferentes partes del mundo. Los beneficios obtenidos se invierten en nuevas pinturas y marcos para que siga alimentando su imaginación y creatividad, y en distintas terapias de comunicación, musicoterapia y yoga, que ayudan a estimularla.

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